Familia, raíz, sustrato, herencia e innovación son términos presentes en Casa Garras (Karrantza, Bizkaia maitea), una aventura empresarial y gastronómica con casi 50 años de recorrido, que desprende la luz del pasado y del futuro. Es la plasmación de una vida y de un proyecto que se sustenta sobre los sobrios pilares de la historia y la ilusión, sobre lo ya edificado y la emoción de lo que está por venir.

Los Llamosas mantienen intacta la ilusión merced al protagonismo asumido por Txema y Pilar, la tercera generación ya. Han empezado a especializarse en la cría de bueyes, cuentan con viñedos y txakoli (Petite) propios, está próxima la puesta en marcha de una microbodega y en esta década abrirán en el Valle de Carranza un hotel de lujo con restaurante gastronómico. Mientras, los comedores actuales de Casa Garras acogen comensales que acuden al reclamo de una propuesta entre la tradición y la innovación, porque allí se sacia el apetito de quien busca un buen menú del día, la nostalgia de quien prefiere una alubiada con sus sacramentos, la curiosidad del que se apunta a jornadas temáticas y el capricho de quienes no pasan por alto su actual menú gastronómico, ofrecido a diario. Porque aquí se presta atención a la imprescindible tradición y a la contemporaneidad, incluso a la vanguardia.

Lo cuento todo todito todo en Guía Repsol, con peazo fotos de David Herranz.

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